El café servido.

Una historia corta de rápidos ilustrados. No. 2.

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Esta es la historia de un alto en el camino, del momento sin Wi-Fi, de hablar y de escuchar mientras miras a los ojos.

«El Café servido» es la oportunidad perfecta para la música diferente, la que no suena en las emisoras populares, la que no combina con la lectura de un libro o el gusto por las tertulias sobre películas que estimulan la pasión y la imaginación.

Frío, caliente, con licor o de amargo intenso.  En pocillo pequeño o copa grande. Para labios dulces, sonrisas discretas y persuasivas, un café servido para «Una historia corta de rápidos ilustrados».

 

.Una historia corta de rápidos ilustrados. No. 2. Por Álvaro Medina Mejía – Amedinamejía.

Ilustración personal: Amedinamejía  D.N.D.A.  Visita: http://www.be.net/amedinamejia

«LA HISTORIA DE CUADROS»

Ilustración de Quino

Por Alvaro Medina Mejía.

Érase una vez un hombre que despertó de un sueño para descubrir que su habitación había cambiado.  Le tomó unos cuantos segundos reconocer algo que lo dejó sorprendido,  no lo podía creer.  Sus manos tocaban los párpados que abría y cerraba una y otra vez.

El frío de la mañana y ese suave olor a tierra mojada del amanecer le indicaban a ese hombre que todo era extraño y confuso, pero real. Todo dentro de su cuarto era cuadrado, su reloj, sus gafas, sus zapatos, su camisa, su balón de fútbol sobre la silla, las cortinas, su foto en el muro del frente y hasta su perro acostado junto a la cama eran a cuadros.  Se levantó rápidamente, abrió la ventana y miró las nubes convertidas en cubos de algodón junto al sol que se había vuelto cuadrado. ¡Que agonía! Juan cuadros giró su cuerpo, salió corriendo de su casa hacia su carro cuadrado y tomó el camino hacia su empresa, respiró una y otra vez. Estando allí, frente a la entrada de su lugar de trabajo y al lado del camino, se dio cuenta que todo estaba bien, nada había cambiado; sin embargo, Juan  decidió mirar a su derecha y allí logró ver con sorpresa que ese gran árbol de manzanas, el cual  le gustaba tanto, tenía grandes frutos,  manzanas cuadradas.  Él entonces se acercó rápidamente para tomar una de las frutas, se quedó mirándola  y después de un instante decidió darle un gran mordisco.

Juan Cuadros, luego de cerrar sus ojos y disfrutar esa manzana algo agria, caminó hacia su automóvil, sacó su llave del pantalón a cuadros, abrió la puerta del mismo con su llave cuadrada, miró sus manos, fijó su mirada en el reflejo del gran mostrador de la empresa y se desplomó, se sintió cansado y desmotivado.  Se había contagiado, era un hombre cuadrado.

El día a día, la rutina y como diría el argentino Fito Páez en su canción Al lado del camino: “el frío, el crimen, el dinero y mis 10 tías que me hicieron este hombre enreverado“  corresponden a las razones por las cuales el ser humano puede volver su vida a cuadros.

¿Qué pasa si cambias la ruta para ir a tu casa? ¿Qué tal si hoy cuando salgas del trabajo te comes un helado o ves una película?   Cambia de posición las cosas en tu habitación y oficina, pregúntale por su hijo a tu compañero del lado, escucha tu música preferida, grita en un espacio abierto, corre en las mañanas, reflexiona siempre sobre las cosas que te hacen feliz y te acercan al niño que llevas por dentro.

Recuerda que el mundo evoluciona solo si tú lo permites.

Artículo publicado en el blog de la empresa Ser northe durante el mes de septiembre del año 2012.

Ilustración Quino.