Disertaciones surreales para ganar

Salvador Dali egg

Esta es una obra de Salvador Dalí que lleva por nombre «El huevo» Ahora la comprendo, el nacimiento y el nuevo amanecer…

Había visto caer uno a uno, rendirse y dar un par de palmadas sobre el tatami, con el fin de parar la lucha que habían empezado en diferentes momentos y en el mismo lugar.

Esta vez sería diferente, la buena actitud, la fe y la ciencia serían entonces la mejor arma para ganar. Le parecía increíble cada una de las excusas y posiciones ridículas frente a los retos de los otros. Negativos de nacimiento y por convicción.

Veía entonces en cada uno de los llamados retos impuestos por el diario vivir, una insignificante cuestión que mataría al hombre y castraría la mente desde niños, para centrar su posición y estilo de vida en los excesos dados por el dinero, la ausencia del alma y la pérdida de la ocasión. La falta de fe que dicen por ahí.

Fue en esa ocasión un débil para los ojos de Dios, la pobreza del hombre expresada en palabras sin sentido y gustos por lo gastado del momento a momento, ocultos tras el movimiento de las manecillas del reloj. Lo aburrido del juego cuando ya no quieres más y el reconocimiento de lo inerte de los pensamientos y acciones de quienes no creen y hablan del jamás.

Supo con orgullo que era el indicado para la nueva semana que habría de llegar, y que pese, a ser visto y pensado en otro día que no fuera domingo como último día de la semana regular, las oportunidades y las ganas de vivir, seguirían yendo de la mano de él de arriba y la luz que te muestra cada nuevo sol, y que deja atrás la marcada sombra que observan muchos que solo miran para atrás.

Álvaro Medina Mejía.

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